lunes, 7 de noviembre de 2011

Los sismos y volcanes.

Los sismos son los movimientos vibratorios originados por la energía que se libera al chocar las placas tectónicas. El lugar donde se produce un sismo se llama foco o hipocentro y el punto arriba del foco donde se manifiesta con mayor intensidad, es el epicentro. En el Cinturón de Fuego del Pacífico, ubicado al oeste de América y al este de Asia, concentra una gran actividad sísmica.




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Las fracturas de la corteza terrestre, causadas por la presión entre placas tectónicas, originan volcanes. La erupción de los volcanes expulsa hacia la superficie el magma y los gases acumulados al interior de la tierra. Los materiales arrojados se depositan al rededor del volcán y forman el cono o edificio volcánico. También se forman volcanes en los océanos y en algunas islas, por ejemplo en Hawai y el archipiélago Benito Juárez (antes Revillagigedo), en el océano Pacífico.
La actividad volcánica tiene efectos destructores, sin embrago, también benéficos, ya que los suelos de origen volcánico, formados por cenizas, son férliles y aptos para la agricultura. En ciertas áreas volcánicas existen depósitos de aguas termales, que resultan apropiadas para establecer centros turísticos o generar energía geométrica.
Los sismos y la actividad volcánica son procesos que forman y moldean el relieve, lo que representa un riesgo para la población, por lo que debe estar preparada para prevenir los desastres y mitigar los efectos de estos fenómenos naturales.



 
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